domingo, 5 de octubre de 2008

SOBRE EL VIGO ROMANO Y SU PROBLEMÁTICA ( III )



Castro de Vigo.

Sin lugar a dudas el yacimiento castreño romanizado por excelencia del municipio vigués, es el llamado Monte do Castro o Castro de Vigo, que se encuentra en el centro de esta ciudad, que está situada en el tramo medio de la ría que lleva su nombre, siendo ésta, la más meridional y la de mayor longitud (unos 33 kilómetros) de las Rías Bajas gallegas.

Sus coordenadas geográficas son: 08°43'30" Longitud Oeste y 42° 14'00" Latitud Norte, que corresponde a la hoja 223 del Mapa Topográfico Nacional, del Instituto Geográfico Nacional.

Su cota más elevada se localiza a 147 metros sobre el nivel del mar y en la actualidad, es imposible determinar con certeza, el aspecto primitivo que poseía el poblado castreño, debido a las múltiples modificaciones que sufrió esta elevación a lo largo de los tiempos. No conocemos por ello, las dimensiones de su recinto y si este poseía terrazas de expansión, así como el sistema defensivo que complementaría su buena posición estratégica.

Las excavaciones arqueológicas.

La ladera Noroeste del yacimiento, ha sido objeto de excavaciones arqueológicas sistemáticas. Iniciadas en 1952 y 1970, de 1981 a 1988 se realizaron campañas anuales en dicha área por parte del Departamento de Arqueología del Museo Municipal "Quiñones de León" de Vigo, que han puesto al descubierto más de 40 construcciones castreñas de diferente tipología y cronología y gracias a las cuales se ha recogido un abundante material arqueológico que se guarda en dicho museo, en una Sala Monográfica dedicada exclusivamente a este yacimiento y sus excavaciones.

Los materiales arqueológicos.

La cerámica indígena posee en su gran mayoría una cronología que se sitúa entre el siglo II antes de Jesucristo al siglo I después de Jesucristo. Sus formas más habituales son: "ollas de cuerpo globular", "vasijas de orejas" y "fuentes de asas interiores". En cuanto a la decoración de la misma, podemos señalar que está bien documentada la incisión, impresión, estampilla y decoración plástica y bruñida. La cerámica romana podemos clasificarla en dos grandes grupos: fina y común.

De las primeras tenemos, vasijas campanienses de los tipos B y C; y "terra sigillata" itálica, gálica e hispánica. A destacar es el hallazgo de formas de cerámica marmorata (único yacimiento en Galicia además de Lugo en el cual se han descubierto), lucernas y cerámica pintada regional.

La cerámica común corresponde a vasijas de cocina, mesa y para guardar y/o transportar provisiones. Dicha cerámica nos viene dada por: ollas con borde vuelto hacia fuera; cuencos con borde horizontal y con visera; platos de borde engrosado y bífido; fuentes de barniz interior rojo pompeyano; tacitas de cuerpo gallonado; etc. Dentro de la abundante cerámica de mesa localizada, sobresalen los recipientes de paredes finas y las jarras. De estas últimas poseemos varios tipos: de un asa con boca y cuello anchos; de un asa con boca y cuello poco marcado; de boca ancha y pico; con pico trilobulado;...

Para guardar provisiones tenemos ollas de borde engrosado y vuelto hacia fuera y diversos modelos de dolios. En cuanto a ánforas podemos identificar dos grandes grupos (cronológicamente hablando): republicanas e imperiales hispánicas, siendo más abundantes éstas últimas.

En el Castro de Vigo se encontraron diversas monedas romanas de las que destacan un denario de plata de Vitelio (69 d.C.) y un quinario de plata de Octavio Augusto emitido en Emérita Augusta (25-23 a.C.). Se encontraron a lo largo de las sucesivas campañas arqueológicas, numerosos objetos de bronce: fíbulas, alfileres, sítulas, agujas, cuentas, colgantes, apliques, .. De todos ellos cabe destacar los diferentes tipos de fíbulas presentes en este yacimiento: "anulares romanas" en omega y aro interrumpido; de charnela, Trasmontanas, de longo Travessáo sem espira y en forma de lunulae.

De hierro existe un cuchillo afalcatado, varias puntas de lanzas y una jabalina y una hoja de sierra.

Los líticos más abundantes son los molinos circulares, las piedras de afilar y alisar, así como pesos de red.

También diversas hachas pulimentadas. Por su excepcionalidad destaca un entalle de ágata que reproduce una cuadriga con su auriga.

Finalmente, tenemos los objetos de vidrio: se hallaron fichas de juego semiesféricas de color blanquecino y azul; cuencos de costillas; y cuentas de collar o pulsera.

De las 8 campañas de excavaciones realizadas en este yacimiento, se pueden apuntar algunas conclusiones:

1. En la zona alta del yacimiento no se pudo observar ningún nivel de ocupación humana, por debajo de la fortificación del siglo XVII.

2. Las laderas del Poniente y Naciente poseen marcadas huellas de haber sido un asentamiento castreño.

3. Aún así, existen diferencias entre ambas zona o áreas: En la ladera del Poniente se documentan varios niveles de ocupación, que van del siglo II antes de J.C. al siglo II ó IV después de J.C. En la ladera del naciente, su fecha más antigua es del siglo I después de J.C. y llega hasta el siglo II.

4. El mayor momento de esplendor del yacimiento se situaría en torno a la segunda mitad del siglo I después de J.C.

5. A lo largo del siglo I después de J.C. se observan fuertes e intensas relaciones comerciales entre este yacimiento y otros de Italia, Francia y Península Ibérica.

6. En cuanto a estructuras y su cronología, podemos decir, para la ladera Noroeste, que el nivel más antiguo, nos viene dado por un fondo de cabaña, luego por construcciones pétreas de muros curvos de planta circular y elíptica; más tarde por muros rectos de planta cuadrada o rectangular; finalmente por estructuras de piedra cuyos cimientos no llegan a la roca base (como ocurría en los casos anteriores) y nos vienen dados por muros rectos y curvos de mala factura correspondiendo en su mayoría a pequeños muros o terrazas de contención.

7. Finalmente apuntar, que el abandono del castro se va a realizar de una forma progresiva y totalmente pacífica.

Por último debemos añadir que este castro es el más extenso de los analizados aquí, una superficie superior a las 17 hectáreas.

Por otra parte evidenciamos aquí la estrecha relación de este asentamiento castreño con el incipiente Vicus Heleni, que por esta época se empezaría a gestar en tomo al embarcadero en la zona existente, el cual sería el punto de aprovisionamiento del castro de Vigo. Este punto se vería reforzado por el hallazgo en los niveles más antiguos de la calle Hospital de ánforas republicanas y altoimperiales, hallazgos que se produjeron al construirse la dársema 2 del puerto de Vigo. Esto nos hablaría de una actividad comercial por mar cuyo destino sería el puerto de Vigo y consecuentemente los habitantes de su castro, como así lo demuestra la ingente cantidad de material importado hallado durante las numerosas excavaciones allí realizadas.10

Vemos así como en esta época existen coetaneamente los castros romanizados por una parte, y por otra, un pequeño puerto que tiene una importante actividad comercial y en tomo al cual se va a gestar el "Vicus Heleni".

Nota.- En el dibujo a escala de la parte superior, se pueden ver diferentes fragmentos de cerámicas de importación romanas localizadas en el Castro de Vigo, cuya cronología va desde el siglo I antes de Jesucristo al siglo III después de Jesucristo.

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